Un reciente bombardeo israelí en Deir al-Balah, Gaza, impactó una zona residencial aledaña a la clínica Altayara, dejando un saldo trágico de 10 niños y 6 adultos fallecidos. El gobierno israelí aseguró que el blanco era un militante clave, pero organizaciones humanitarias denunciaron el creciente número de víctimas civiles.
El ataque ha reactivado los llamados a un cese inmediato de hostilidades y ha sido condenado por diversas ONG internacionales, que señalan violaciones al derecho internacional humanitario. La situación humanitaria en Gaza sigue siendo alarmante, con hospitales colapsados, escasez de medicinas y servicios básicos limitados.