En noviembre de 2024, Puerto Rico celebró un referéndum no vinculante en el que el 58 % de los votantes se expresó a favor de la estadidad, avivando el movimiento que busca convertir a la isla en el estado 51 de los Estados Unidos. La consulta ha reactivado las discusiones sobre el estatus territorial, y sectores independentistas, autonomistas y estadistas se enfrentan en un debate cada vez más intenso.
En medio de esta efervescencia política, activistas y líderes locales han solicitado a Donald Trump una postura clara sobre el futuro político de la isla. Sin embargo, la respuesta ha sido ambigua. Por otro lado, la ONU reiteró recientemente su apoyo al derecho de autodeterminación de Puerto Rico, generando más presión internacional sobre Estados Unidos.
